Explicar la inversión en oro
Cómo ha llegado el metal amarillo a donde está?
Artículo de Adrian Ash – BullionVault
(Este artículo fue adaptado y publicado por el FT Adviser de Financial Times en septiembre de 2011)
El oro ha más que duplicado su precio desde la crisis de crédito interbancario.
Durante los pasados cinco años, ha inundado los medios con titulares alcistas y ha atraído a más dólares, a medida que la crisis ha evolucionado (a peor).
El oro ya había triplicado ya su valor a mediados 2007, desde su mínimo en 2001 y fue una una advertencia para todos de los problemas que algo peor estaba por llegar. Por eso inversionistas, ahorradores y sus asesores financieros se preguntan a día de hoy, cuáles son la razones del “rally” experimentado en los últimos años.
La tendencia alcista del oro se atribuye a un precio de base bajo y a una serie de acontecimientos que tuvieron lugar al principio de la década pasada: el 11 de septiembre, el "efecto 2000" (Y2K), el boom tecnológico y el rápido crecimiento de la deuda de EE.UU. En la actualidad, el precio del oro está muy por encima de la media histórica, tanto como un bien de consumo, como de inversión. Es muy probable que el oro juegue un papel muy importante en las campañas electorales de EE.UU del próximo año y que, en vano, se haga un llamamiento para volver al patrón oro. Pero de momento, el oro es un fenómeno exclusivamente monetario como se confirmó con la bajada de precios durante la crisis de Osetia del Sur en 2008 y durante la reciente "Primavera árabe". Bajo estás circunstancias, se entiende el anuncio en 1999 de que los bancos centrales europeos limitarían sus ventas en oro. Hasta entonces, la venta de los bancos centrales había sido un recurso importante para el mercado internacional del oro.
En 2010 la producción minera superó a su anterior pico de 2001 para poder satisfacer la creciente demanda, proveniente sobre todo de países emergentes de Asia. La demanda del año pasado de la India y China, los dos principales países consumidores de oro, fue dos veces mayor a la demanda combinada de Europa, Oriente Medio y América del Norte. ¿Por qué? El crecimiento económico de ambos países permite a más familias a empezar a ahorrar, algo que no habían podido hacer en el pasado. Los ciudadanos de la India gastaron un récord del 2,6% del PIB en oro físico en 2010. En cuanto a China, la proporción de los ahorros familiares destinado a la compra de oro (tanto en monedas, lingotes o joyería) se ha duplicado desde 2001, llegando a ser de casi el 2%. Los que piensan que la “oromanía” es cosa de occidente, están muy equivocados.
En 2005, algunos analistas del mercado de oro esperaban que los aumentos salariales en Asia dieran lugar a la compra de bienes de consumo y servicios financieros. Pero debido a la crisis global post-Lehmans, junto con la baja demanda fuera de la temporada festiva y de bodas, para que India se convirtiera en una exportadora neta de oro a principios de 2009, por primera vez desde la Gran Depresión. El oro tiene un profundo significado religioso y social en todo el subcontinente, también en China consideran su compra como señal de buen augurio. Allí, la liberalización del mercado del oro en 2002 con el lanzamiento de la Bolsa de Oro de Shanghai, marcó lo que parece un esfuerzo consciente por parte de Pekín para diversificar los ahorros de la nación.
Aunque los motivos para la Inversión de oro asiática y occidental pueden parecer muy diferentes, sin embargo, un factor crítico es común a ambos: tipos de interés real muy bajos o negativos. Porque cuando el dinero pierde valor año tras año, los ahorradores se ven obligados a buscar lugares más seguros para su riqueza. El oro es un metal raro (no es abundante), incorruptible e indestructible y por eso sigue siendo una alternativa obvia tras 5.000 años de uso como refugio de valor. Este metal se hace más atractivo a medida que otros instrumentos financieros no pagan o no dan rendimiento.
Dos eventualidades en el mercado de valores y el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos han servido para que el oro brille todavía con más fuerza desde 2001. Además, con la entrada de los ETFs (fondos cotizados) se facilitó la inversión a aquellos que no podían adquirir el metal de manera física.
Desde el 2009, los expertos vienen difundiendo el rumor de que el oro se encuentra en una burbuja. Desde el punto de vista técnico, la subida de su precio no tiene nada de extraordinario. En los últimos 40 años, el crecimiento del precio al año, sigue estando por debajo del de que ha caracterizado a las principales burbujas: la de los mercados japoneses, el Nasdaq y, más recientemente, la del mercado inmobiliario estadounidense.
La posesión de oro en cartera también es relativamente baja, sobre todo si se compara con la de las dos crisis económicas del siglo XX, en las que preservar el capital se convirtió en una prioridad. A mediados de los años '30 y a mediados de los '80, la posesión de oro físico formaba parte de una quinta y una cuarta parte, respectivamente, de toda la riqueza financiera a nivel global. A día de hoy, esa figura está en torno al 4%. En Estados Unidos esa cifra es de alrededor de un 1%.
¿Qué pasará en 2012? Entre el año 1980 y el 2000, el oro perdió cuatro quintas partes de su poder adquisitivo, a pesar de que la inflación llegó a estar por encima del 10%. Sin embargo, los bonos del tesoro a 10 años estadounidenses devolvían el 4% y en Inglaterra los bancos ofrecían unas tasas de interés altas. Sin embargo, tal y como están las cosas, los elementos que acabaron con la última tendencia alcista del oro todavía parecen estar muy lejos.