El efecto de la decisión de la Fed sobre el sentimiento del inversor
El efecto de la decisión de la Fed de no empezar con los recortes de estímulos sobre el precio del oro y otros activos se puede ver claramente echando un vistazo a un gráfico. Pero lo que no queda tan claro es lo que el "no-tapering" hizo a la credibilidad a largo plazo de la institución central.
Según el Gold Investor Index de BullionVault, la actitud de compra de los inversores en oro retrocedió en septiembre pero... por muy poco.
Gold Investor Index de septiembre
El Gold Investor Index, que mide la diferencia entre compradores y vendedores en el mercado de BullionVault, registra que en septiembre el interés de compra cayó de los 53,8 puntos de agosto (su máximo en 4 meses), hasta los 53,0 puntos en septiembre.
El índice marcó su máxima lectura en septiembre de 2011 cuando alcanzó los 71,7 puntos. Una lectura de 50,0 indicaría un equilibrio perfecto entre compradores y vendedores.
La figura de este mes es interesante puesta en perspectiva con los 52,2 puntos de septiembre de 2012, mes en el que se introdujo la tercera fase de estímulos (QE3) y meses antes de que se produjera el gran desplome de precios. El balance un año después parece indicar que el sentimiento del inversor privado es más fuerte ahora a pesar de que aceche el fantasma del 'tapering'.
A mediados de septiembre, cuando todos los mercados esperaban que la Fed introdujera el primer recorte de su programa de estímulos. la institución central sorprendió al no hacerlo. Este giro de planes no consiguió revertir la cautela de los inversores sobre el oro. Tampoco el oro experimentó subidas típicas que se dan en el mes de septiembre. Pero el precio estable en el mismo rango ha dado la posibilidad a los compradores de seguir invirtiendo en oro.
Comprar oro siempre se ve como un voto político contra los bancos centrales. O mejor dicho, es una manera de apostar a que los bancos centrales están administrando erróneamente el capital. Como muestra el Gold Investor Index, la indecisión de la Fed sobre su política de flexibilización cuantitativa sigue (y seguirá) debilitando la credibilidad del banco central.