Aumentan las compras de oro por primera vez desde febrero
La inversión en oro es, actualmente, de lo más aburrida. Al menos, eso opina la mayoría de inversores.
Sin embargo, los inversores de gran capital parecen estar en desacuerdo.
El índice de compra de oro, el Gold Investor Index, elaborado por BullionVault mide el número de personas que compran oro y lo compara con aquellos que venden en un determinado mes. En julio, se registró una mejora de la actividad de compra con respecto a junio, cuando se llegó a un mínimo de 52 meses. Sin embargo la subida del mes pasado fue poco destacable.
El índice subió hasta los 51,9 en julio desde los 51,2 de junio. Ha sido el primer mes desde febrero en el que se registra un aumento de compradores.
Sin embargo, en julio se produjo un incremento de las reservas de los clientes en peso. Porque, aunque la diferencia entre compradores y vendedores fue pequeña, aquellos que decidieron comprar lo hicieron a mayor escala.
Las reservas totales conjuntas de clientes alcanzaron un nuevo récord de 33 toneladas el pasado mes. Con esto, BullionVault custodia más oro para clientes particulares y empresas que los bancos centrales de Hong Kong, Qatar y la República Checa en conjunto.
Gold Investor Index de julio
El Gold Investor Index empezó a calcularse en octubre de 2009, y su lectura media ha sido de 55,5 puntos, alcanzando su máximo de 71,7 en septiembre de 2011 cuando el precio alcanzó los 1.900 $/oz. Una lectura de 50,0 indicaría un equilibrio perfecto entre compradores y vendedores.
Tal y como refleja la lectura del índice del mes pasado, el oro sigue siendo clave para los grandes inversores, pero el público en general sigue reticente hacia la inversión en oro incluso después del salto del metal este año en base al riesgo geopolítico.
La gente que usa BullionVault para comerciar con oro ha recomprado ahora lo que se vendió durante el desplome de precio de 2013. El año pasado vimos pocos vendedores pero en gran cantidad contra una oleada de demanda de nuevos inversores. De momento, este año, estamos viendo lo contrario.
Con respecto a las preferencias para el almacenamiento del oro, “estamos viendo que para los inversores que quieren diversificar también el riesgo por ubicación, Zúrich sigue siendo la preferida y en Singapur estamos registrando un rápido crecimiento de las reservas.”, añade el analista jefe de BullionVault.
La bóveda de Zúrich, que está a disposición de los clientes desde 2005, aloja actualmente 24,3 toneladas de oro (un 73% del total del oro de los clientes de BullionVault).
El almacenamiento en la bóveda de Singapur está disponible desde marzo de 2013 y ya almacena 1 tonelada de oro (3%).
En Nueva York (2%) y en Londres (20%) las reservas han ido en descenso. Toronto, que fue la última bóveda en ofrecerse en agosto del pasado año, cuenta con 0,3 toneladas (1%).
A finales de marzo de 2013, las reservas totales conjuntas en las bóvedas ofrecidas por BullionVault llegaron a las 32,9 toneladas. Sin embargo los usuarios liquidaron 1 tonelada en los siguientes meses a medida que los precios caían un 25% hasta el mínimo de tres años de 1.180 $/oz.
¿Qué está pasando? ¿Por qué se compra menos pero en mayor cantidad? El desplome de precios de 2013 fue una dura lección sobre cómo el precio del oro se mueve cuando otros activos tienen un buen desempeño. Sin embargo, en base al mismo fundamento, los precios del oro terminaron julio de 2014 con un precio de 1.285 $/oz, superando los rendimientos de los principales tipos de activos.
Además, mientras otros mercados financieros siguen sin tamablearse a pesar de la grave situación en Oriente Medio y entre Rusia y Ucrania, los usuarios de BullionVault han demostrado una creciente preocupación por el riesgo geopolítico, según la última encuesta que realizamos y de la que hablaremos en otro artículo.
No sabemos cómo estos acontecimientos salpicarán a los mercados en los próximos meses. Lo que sí sabemos es que las compras de oro a mayor escala de inversores privados contribuyeron al mercado alcista que comenzó en 2001 y se aceleraron a través de la invasión de Irak y de la reciente crisis financiera.
*Artículo traducido y editado por María Vengut